En el estrecho y vetusto paddock del Autódromo José Carlos Pace el aire es denso. Anticipa tormentas. En el cielo, en la pista, en el ambiente... La lucha por el título es tan intensa que cada instante se vive para el momento final del campeonato. En Red Bull se suceden las reuniones y los jefes parecen empleados de una fábrica de pegamento intentando unir lo que ellos mismos han dividido. Y en Ferrari se suceden las averías y una concentración extrema. Ayer, en la primera sesión, Alonso rompió un motor al que le quedaban diez kilómetros de vida. Tranquilidad. Y Massa en la segunda tuvo un problema con el embrague que le puede hacer sustituir su caja de cambios. No pasa nada, está todo controlado. Mensaje oficial de la Scuderia. Veremos
En la pista la vida sigue igual. En la primera de libres, dominio absoluto de Red Bull. En la segunda, dominio total de Red Bull. Pero ya con Alonso levantando la mano. Como ese estudiante que siempre quiere recordar que es el más listo. El asturiano se quedó tercero tras Vettel y Webber, a sólo 328 milésimas del alemán. Además, ya con ruedas blandas, fue el único capaz de rodar seis vueltas en tiempos similares, mientras sus rivales de Red Bull alternaban giros increíbles con otros más discretos. Pero hay más. Hamilton fue cuarto a espaldas de Alonso y su McLaren vuela por las cuestas del trazado brasileño.
Dicho esto, hoy todo puede cambiar. Hay previsión de lluvias al cien por cien y se espera que caigan hasta 36 litros por metro cuadrado y la pista llegue a tener 77 mm de agua.
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