Cuando, el 28 de junio de 2010, Real Madrid y Benfica confirmaron el fichaje de Di María por el club español a cambio de 25 millones de euros (más 11 en concepto de variables), muchos se echaron las manos a la cabeza. 25 millones -los mismos que el Madrid ingresó por Arjen Robben, el hombre al que estaba llamado a sustituir- parecían muchos para un futbolista de 22 años avalado 'sólo' por una buena temporada en el Benfica.
Pero, al parecer, José Mourinho tenía información privilegiada. No se puso muy nervioso cuando Di María pasó de puntillas por un Mundial en el que, recordemos, ni siquiera el gran Messi logró brillar con la Argentina de Maradona.
Di María fue una de las tres peticiones expresas de Mou para su Real Madrid, y la única que se cumplió como primera opción. El técnico tenía claro que el equipo debía jugar con bandas, y Di María era el contrapeso ideal para Cristiano. Arrancó la temporada como un fijo en la línea de tres mediapuntas del equipo, casi siempre por la derecha, pero alternando con mucha frecuencia posiciones con Cristiano, y hasta con Özil. Esa segunda línea ha sido, sin duda, lo mejor del Madrid hasta ahora, en especial gracias a la ejecución del contragolpe, la acción ofensiva favorita del equipo.
Con apenas cuatro meses de competición, Di María se ha convertido ya en uno de los ídolos del Bernabéu. Para el madridismo es, sin duda, el fichaje del año. A su descaro, verticalidad y talento ofensivo, el de Rosario está uniendo esa capacidad de sacrificio que tanto gusta en Chamartín. Sergio Ramos y los pivotes lo agradecen. Sin olvidar a un Mourinho que, a principios de temporada, llegó a pedirle más "inteligencia táctica".
Pero Di María es un jugador ofensivo, y como tal se le exigen goles. Los está haciendo, y a un nivel superior al del resto de su carrera. Marcó dos en pretemporada, ante el Hércules y el Peñarol, y suma ya seis en competición oficial -su mejor marca son 10, la pasada temporada, en la que fue elegido mejor jugador de Portugal-. Dianas que han supuesto puntos vitales al Madrid, como los de tres de Champions ante el Auxerre o los tres ante el Sevilla, los últimos cosechados por los blancos en 2010. El año que, aderezado con 10 asistencias -la anterior campaña dio 19 con el Benfica-, ha elevado a Di María al status de figura.
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