Buenos Aires, (Télam).- El seleccionado argentino de fútbol se despidió esta noche del estadio Monumental de Núñez, escenario de casi todos los encuentros oficiales en las últimas tres décadas, con un marco imponente que alentó al equipo antes y durante el cruce ante Ecuador, por la quinta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial de Brasil 2014.
Es que los próximos dos cotejos del conjunto que dirige Alejandro Sabella, de local por Eliminatorias, se jugarán el 7 de septiembre en Córdoba frente a Paraguay, por la séptima jornada, y el 12 de octubre en Mendoza contra Uruguay, por la novena.
Pero ya desde muy temprano los hinchas argentinos le pusieron color y calor a una tarde-noche gélida en el barrio porteño de Núñez.
Caras pintadas con el blanco y celeste patrio, camisetas, gorros, banderas y trompetas con los mismos colores fueron parte del "arsenal" que desplegó un público compuesto, en su mayoría, como es un clásico a la hora de ver al seleccionado, por familias completas.
Poco a poco el día le dio paso a la noche y, a su vez, el frío se hizo cada vez más notorio. Y junto con esto, los 42 mil lugares del estadio de River Plate, que dejaron cerca de 8 millones de pesos de recaudación, se fueron ocupando para cubrirse en su totalidad, cerca de las 19.30, hora de inicio del partido.
En un principio la gente vivió la previa con mucha tranquilidad, sin cánticos, sin la locura que suele generar el fútbol en el país, pero vestida de pies a cabeza con los colores nacionales.
Pero a medida que se acercó el comienzo del partido, las 42.000 almas que colmaron el Monumental empezaron a calentar las gargantas con el clásico: "volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser campeones, como en el 86".
Ese fue el primer "grito de guerra", con saltitos incluidos, como para paliar el frío. Y por decantación surgió el otro "hit histórico": "Y ya lo ve, y ya lo ve, el que no salta, es un inglés". La cancha de River iba tomando calor. Y cuando se entonó el himno nacional, la concurrencia, al unísono, coreó el mentado estribillo "oh juremos con Gloria morir, oh juremos con Gloria morir".
Luego llegó el momento de que el peruano Víctor Rivera diera el pitazo inicial. Transcurrieron los 90 minutos donde los hinchas disfrutaron de un enorme Lionel Messi y los goles del tridente.
Y así el seleccionado se despidió, al menos hasta el 2013, del público bonaerense. La próxima escala del conjunto albiceleste es el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba, después será el turno del Malvinas Argentinas de Mendoza. Y más adelante, quizá, vuelva al Monumental.
Pero hoy, al menos, hubo un principio de reconciliación. Es que la cantidad de hinchas superó ampliamente a los que vino en el empate (1-1) frente a Bolivia.
Justamemte ésto pidió el crack rosarino Lionel Messi en un tramo de la conferencia de prensa del martes. Y sin dudas era algo que necesitaban todos. Porque el amor por la camiseta nacional es más fuerte que todo.
Fuente: FoxSportsla
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