martes, 7 de agosto de 2012

Brasil sueña con su primer oro en Londres 2012

Hace cuatro años, en Pekín, Agüero y Riquelme acababan, una vez más, con el sueño olímpico de Brasil de conseguir la medalla de oro en unos Juegos. La canarinha tiene un hondo hueco en su impresionante currículo que no logró tapar en los Juegos de 2008. El bronce fue su consuelo.

Pero la vida suele dar segundas oportunidades. Así afronta Marcelo estos Juegos. En Pekín, con 20 años, el lateral madridista no era el jugador consagrado de ahora. Ya había sido titular con Schuster, pero le seguía pesando la comparación con Roberto Carlos. A Marcelo se le veía en China profesional pero no tan implicado y seguro como ahora. Quizá sean motivos anímicos los que han acabado de darle la confianza para convertirse en uno de los futbolistas destacados del torneo y optar a meterse hoy en la final.

Y es que en los entrenamientos y partidos se ve a Marcelo muy pendiente de unos rizos que no son los suyos, sino los de su hijo Enzo. El pequeño acompaña en esta aventura al madridista junto a su mujer, Clarice. Al chaval, que el próximo septiembre cumplirá tres años, se le ha visto incluso en alguno de los entrenamientos del equipo de Menezes dándole al balón. Antes de cada uno de los partidos, Marcelo busca a su familia en la grada. Cuando los localiza, siente que todo está en orden. Le transmiten confianza.

Junto a Thiago Silva y Pato, Marcelo puede ahora lograr su segunda medalla olímpica, hito que en las últimas décadas sólo logró Mascherano, doble campeón. El lateral se conformaría con una de oro. La primera de la selección de Brasil.

Fuente: Marca.com

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