El Villarreal jugó un partido sin Jefferson Montero y otro con él. El centrocampista ecuatoriano saltó en el tramo final del encuentro pero tuvo tiempo de ponerlo patas arriba. Se convirtió en una pesadilla para el Besiktas y contribuyó a remontar un 0-2 adverso para acabar ganando el Trofeo de la Cerámica en la tanda de penaltis. El Submarino Amarillo tuvo un inicio arrollador. Los locales dominaron por completo la posesión del balón y llegaron con facilidad al área turca, aunque sin lograr traducir las ocasiones en goles. Todo lo contrario hizo el Besiktas. En dos visitas a los dominios de Diego López firmaron dos tantos, con la contribución de la defensa amarilla.
Montero insistió en aparecer por ambas bandas, regalando centros que eran goles. Sólo Cani pudo aprovechar uno para recortar distancias. El efecto Jefferson continuó afectando al Villarreal y poco después de que llegara el primer gol se encontró con el segundo, otra del estadounidense Jozy Altidore.
El Villarreal no pudo culminar la remontada en los 90 minutos y se vio obligado a recurrir a la tanda de penaltis para ganar el Trofeo de la Cerámica.
Fuente:www.airfutbol.com
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