domingo, 12 de diciembre de 2010

Estudiantes campeón del Apertura 2010

Estudiantes de La Plata conquistó el domingo elTorneo Apertura-2010 del fútbol argentino al ganarle 2-0 a Arsenal de Sarandí y mantener la distancia que tenía sobre Vélez Sarsfield, al que no le alcanzó su victoria sobre Racing Club por 2-0.

En una definición emotiva, Estudiantes sufrió durante un largo rato, y sólo en los últimos minutos consiguió doblegar la resistencia de Arsenal, para obtener así el quinto título de su historia en el profesionalismo argentino, el primero desde la obtención delApertura-2006.

Con estos resultados, Estudiantes concluyó el certamen con 45 puntos, dos más que Vélez (43), que había emprendido una tenaz persecución desde hacía varias fechas, aunque nunca lo pudo superar.
El equipo de La Plata amplía así su palmarés y los logros obtenidos en los últimos años, que incluyen la Copa Libertadores de América-2009 y el subcampeonato en el Mundial de Clubes en ese mismo año.

En la cancha de Quilmes, en la que juega como local desde hace tiempo, Estudiantes no conseguí quebrar al equipo de Sarandí, y además acumulaba nervios y ansiedad al conocer que Vélez ganaba su encuentro con facilidad, lo cual obligaba a disputar un encuentro de desempate.

Sin embargo, en la segunda parte, el uruguayo Hernán Rodrigo López entró por el estelarJuan Sebastián Verón y cambió la historia.

El artillero oriental, de poca participación en esta campaña por una lesión que lo acosó durante varias fechas, entró a tiempo para abrir la cuenta con un cabezazo a los 73 minutos, y aumentó la cuenta a los 86, otra vez por la vía aérea, para convertirse en el inesperado héroe de la consagración ‘pincha'.

"Es histórico lo que hizo este equipo, al jugar casi sin delanteros y con seis o siete jugadores que se lesionaron (durante el campeonato). Hay que analizar eso para comprender el mérito que tiene este título. Este equipo será inolvidable para los hinchas, que saben bien lo difícil que ha sido todo!, destacó Alejandro Sabella, DT del campeón.

Fuente: El Espectador

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